Buenas nuevas en educación
Leonardo Garnier

EDITORIAL: LA NACIÓN Domingo 23 de noviembre de 2008
Desde el frente educativo, ese ámbito de vital importancia en la lucha por el bienestar personal y por el desarrollo y la equidad nacional, se han reportado en días recientes tres noticias con fuertes connotaciones positivas.
La más cercana, publicada en nuestra edición de ayer, no responde a una decisión puntual, sino a un proceso que se ha desarrollado durante los dos últimos años. Se trata de la reducción en la cantidad de jóvenes entre 12 y 17 años que trabaja, según revela la comparación de la Encuesta de Hogares del 2008 con las correspondientes al 2006 y 2007, a la que acompañan estadísticas, también estimulantes, del Ministerio de Educación Pública (MEP): la caída aún mayor en la deserción de estudiantes de colegio que también trabajan. Según la Encuesta, mientras en el 2006 11 de cada 100 muchachos en ese rango de edad trabajaba, la proporción bajó a 8,7 en el presente año. Los datos del MEP indican que el porcentaje de abandono de clases entre los estudiantes trabajadores se redujo de 30 a 11, en el mismo lapso.
Aunque no es posible precisar con exactitud las causas de estos cambios, dos parecen esenciales: por un lado, el dinámico crecimiento económico que experimentamos en los dos años anteriores, que mejoró, en general, las condiciones de vida de la población y permitió a muchos jóvenes dejar de aportar al presupuesto familiar y, en su lugar, incorporarse al sistema educativo; por otro, el programa de becas Avancemos, que premia con recursos económicos a los muchachos de escasos recursos que permanecen en clases.
En ambos casos, se trata de mejorar el ingreso de las familias como vía para promover la inserción y retención educativa. En ambos casos, también, se trata de situaciones aún muy vulnerables: en este año y el próximo habrá, inevitablemente, un deterioro económico, lo cual reducirá el bienestar familiar y tornará aún más necesario, para superar la caída en el ingreso, la existencia y buen funcionamiento de Avancemos y otros programas de asistencia social.
Lo anterior evidencia que los avances en el frente educativo no dependen solo de lo que se haga en su ámbito específico, sino, en enorme medida, del desarrollo general y de políticas públicas de mayor amplitud. Sin embargo, también es fundamental qué ocurra, específicamente, con las disposiciones y políticas del MEP. De esto tratan las otras dos noticias que llaman al optimismo.
Una de ellas es el cambio en la normativa de promoción de estudiantes, no para hacerla más “floja”, sino más racional y justa. La modificación consiste en que la pérdida de una materia ya no obligará a repetir todo un año; en su lugar, será posible “arrastrar” o dejar pendientes para el siguiente las materias perdidas (dentro de cierto límite), y hacer los exámenes de reposición que corresponda mientras se cursa el siguiente ciclo.
La otra medida, resultado de los acuerdos que pusieron fin a una huelga de educadores el pasado año, es el incremento sustancial de su salario, para llevarlo a niveles similares a los que prevalecen en el sector de la enseñanza privada. La medida pondrá una fuerte presión en el presupuesto del Estado, precisamente en momentos de reducción en el dinamismo de la economía. Aun así, su aplicación nos parece conveniente, como parte de un esfuerzo constante por mejorar la calidad educativa, para lo cual es clave un cuerpo docente bien remunerado. Como contraparte, sin embargo, los educadores deberían incrementar sus esfuerzos personales y colectivos para brindar una enseñanza cada vez más interesante y pertinente, y el MEP insistir en sus políticas de calidad, dentro de las cuales son esenciales los sistemas de formación, contratación y promoción.
Por la vulnerabilidad de la mejora en las variables socioeconómicas vinculadas a la educación, así como por la necesidad de complementar las políticas específicas en este ámbito, el camino por andar es aún largo y complejo. Incluso, podrá haber algunos retrocesos. Pero lo estimulante es que las decisiones y tendencias avanzan por la buena dirección y ya han rendido frutos. En síntesis, que podemos mejorar y lo hemos hecho. Estamos ganando batallas en el frente educativo.