Gracias, don Leonel
Leonardo Garnier

Leonardo Garnier
La Nación 13/3/01 Don Leonel Baruch se enoja con facilidad cuando lo critican. Y cuando se enoja, pierde la perspectiva y trata de ofender. De paso, nos da la razón.
Mi argumento fue simple: los costarricenses aprobamos una reforma constitucional y nos comprometimos a dedicar por lo menos un 6% del PIB a financiar la educación. Sin embargo, de acuerdo con los nuevos cálculos del Banco Central, la inversión educativa no llega ni al 5% del PIB, con lo que estamos violentando la Constitución.
Don Leonel quiso resolver este problema de un plumazo: firmó un decreto en el que define que, para efecto de la reforma constitucional, no se va a utilizar la nueva y más correcta medición del PIB, sino la vieja, que es un 30% más baja. La Defensoría de los Habitantes impugnó este decreto ante la Sala Constitucional, pero la Sala falló a favor del Ministerio, pues entendió que el Poder Ejecutivo tenía la potestad de definir por decreto la medición oficial del PIB.
Pero el Ministro las quería de todas, todas: a la hora de calcular qué tan grande fue el déficit fiscal, no utilizó ese viejo cálculo del PIB, sino el nuevo. Así de simple: para que la inversión educativa parezca más grande de lo que es, el Ministro la compara con el viejo PIB; para que el déficit parezca más pequeño, lo compara con el nuevo PIB. Muy cómodo, pero inconsistente. Y eso fue todo lo que dije: pedí consistencia.
Don Leonel responde con ofensas y evasivas que, sin embargo, lo terminan de atrapar. Dice en su respuesta que, al leer mi artículo, pensó que el suscrito más bien “pediría perdón a Costa Rica, a sus jóvenes y a sus maestros. Durante cuatro años como Ministro de Planificación no pudo calcular bien el producto interno bruto como se hizo ahora”.
¡Aleluya! A confesión de parte, dicen los abogados, relevo de pruebas. Espero que, como buenos abogados, los Magistrados tomen nota de que es el propio Ministro de Hacienda quien, contrario a lo que argumentó en el decreto de marras, está reconociendo públicamente y por escrito que la medición correcta del PIB es la nueva, no la vieja. ¿Anularemos, entonces, el decreto, y buscaremos elevar la inversión educativa, o mantendremos la inconsistencia? Esperaré impaciente.
Finalmente –y por respeto a todos los que participaron en el proceso—me siento obligado a recordar a don Leonel que la nueva medición del PIB de la que ahora se jacta fue encargada y realizada en su mayor parte durante el gobierno anterior. El nuevo cálculo del PIB, que tomó años de trabajo a los técnicos del Banco Central, estuvo listo muy a inicios de la actual administración, aunque luego se tardaran casi dos años en hacerlo público. Como Directivo del Banco Central, don Leonel sabe que esto fue así. Recordemos además que, cumpliendo esa tarea que don Leonel nos reclama, desde el Ministerio de Planificación trabajamos por evidenciar este problema de la incorrecta valoración del PIB y promover una solución. Para ello organizamos incluso un taller de estadística económica, con participación de la prensa y los técnicos de las instituciones involucradas, explícitamente centrado en este asunto. Cabe destacar en esto la iniciativa y el trabajo de nuestro asesor el economista Herman Hess, quien dirigió la investigación de Tesis de la Universidad de Costa Rica donde se mostró que el viejo cálculo del PIB lo subestimaba, precisamente, en un 30%.
Lamento que el Ministro se haya enojado, pero me alegra saber que por fin coincidimos en cuál debe ser la medición correcta del PIB. Ahora, sólo resta esperar que seamos consistentes y consecuentes. Entendamos, eso sí, que esa no es sólo una responsabilidad del gobierno, sino de todos, ya que sin ingresos sanos, ningún gobierno podrá cumplir con esa responsabilidad.