¿Quién ganó y quién perdió con el PAE III?
Leonardo Garnier

Leonardo Garnier
Al Día, 30/10/94
Finalmente, después de casi dos años de discusiones y negociaciones, de acercamientos y alejamientos, de acusaciones y contraacusaciones, el PAE III está siendo aprobado en lo que deportivamente podríamos llamar tiempo de descuento. Y como el fútbol y la política comparten ese estilo competitivo y excitan nuestras pasiones, lo que ha seguido a la aprobación del PAE III es la típica pregunta: ¿quién ganó?, ¿quién perdió?
--Se aprobó el PAE del Gobierno anterior, así que ganó la oposición-- dirán algunos. --La oposición quería dejar sin plata al Gobierno, pero al final tuvo que aprobar su propio PAE a regañadientes, así que ganó el Gobierno-- dirán otros. Seguirá además una larga discusión sobre las dispensas y los cambios: --que no puede haber cambios-- asegurará la oposición; --que sí puede haberlos, con simple mayoría en el Congreso-- diremos otros.
Usted, amigo lector, ubíquese donde quiera. Si quiere, piense que ganó don Rafael Ángel, haciendo que don José María tuviera que conformarse con el PAE III que tanto criticó. Si lo prefiere, piense que don Rafael Ángel cayó en su propia trampa, ofreciendo los votos al PAE creyendo que la respuesta sería no... pero fue sí, y tuvo que cumplir lo prometido.
Pero, si lo prefiere, véalo así: ganó el país, perdió la intransigencia. Se logró evitar que el país perdiera un financiamiento de más de sesenta millones de colones, que permitirá financiar ingentes necesidades del desarrollo nacional: contrapartidas para proyectos de inversión que se encuentran paralizados, apoyo a la transformación financiera y a la reducción de la deuda interna, de manera que se puedan reducir las tasas de interés, crédito adecuado para la transformación productiva, en fin, apoyo a la balanza de pagos que permita compensar los eventuales efectos del Tratado de Libre Comercio con México.
Y se logró evitar que el país perdiera esos recursos, con una fórmula que, curiosamente, deja suficientemente satisfechos a ambos bandos. Por un lado, para regocijo de la oposición, se aprobó el PAE III tal y como había sido negociado por ellos. Por otro, y para satisfacción del Gobierno y de los diputados del Partido Liberación Nacional, se recuperó el financiamiento del PAE III, y quedó abierto el camino para que, en el momento del segundo y tercer desembolso, se pueda solicitar una dispensa si condiciones como las de movilidad laboral o la apertura del mercado de los seguros no fueron alcanzadas, pero se avanzó con solidez en la reforma del Estado y la modernización del INS. El acuerdo alcanzado estipula que estas dispensas pueden darse. Los Bancos han manifestado también que esto es así. La concertación agregó un paso más: que las dispensas sean ratificadas también por el Congreso, pero por mayoría simple.
El acuerdo, así, tiene mérito para todos, nos permite dejar atrás esa etapa de entrabamiento e intransigencia, y pasar a trabajar unidos en los proyectos que realmente debieran concitar la energía e inteligencia de los costarricenses, y enfrentar los retos de la producción, del progreso social, de la sostenibilidad ambiental, de la gobernabilidad y la democracia.