Remezón en el MEP
Leonardo Garnier

Editorial de La Nación, sábado 17 de febrero, 2007
El Ministro parece haber ganado el pulso contra el tráfico de influencias
La virtual “caldera” donde, durante varios años y administraciones, se mezclaron, fermentaron, crecieron y se enquistaron algunos de los peores vicios de la estructura de nuestro sistema educativo, al fin ha sido destapada y volcada. Gracias a las investigaciones y revelaciones de nuestro periódico, a las denuncias de educadores en distintas comunidades del país, al trabajo de una mayoría de funcionarios honestos dentro del Ministerio de Educación Pública (MEP) y a la firmeza y visión puestas de manifiesto por el ministro Leonardo Garnier, la red de tráfico de influencias que manejaba una gran cantidad de nombramientos docentes ha sido finalmente identificada y desarticulada, al menos en sus elementos más conspicuos.
Queda ahora, como reto inmediato, terminar la tarea de depuración en el área de recursos humanos del MEP y poner en marcha métodos de selección y contratación de maestros y profesores, que incorporen al proceso valores elementales sistemáticamente violados: la transparencia, el mérito, y la idoneidad. Todo esto, por supuesto, debe estar en función del objetivo esencial al que debe aspirar el país: una mejora constante de la educación, la cual pasa, entre otras cosas, por un cuerpo docente motivado, con condiciones mínimas de calidad y con el compromiso de capacitarse en forma permanente.
El gran problema estructural sobre el que habían descansado los grupos que, en sucesivas administraciones, dominaron el manejo del personal en el Ministerio, es la enorme cantidad de docentes sin condiciones de estabilidad. De acuerdo con datos del MEP, de los 60.000 educadores en su planilla, 18.000 son interinos y 6.000 tienen nombramientos temporales, como sustitutos de compañeros incapacitados. A lo anterior se añade el uso del clientelismo político y de las “patas” como elementos esenciales para promover las contrataciones, el poder discrecional desarrollado por algunos funcionarios medios y la falta de adecuada supervisión y firmeza por parte de varios ministros.
Parecía que, en esta administración, todo iba a ser igual. Incluso, según se ha revelado, el breve viceministro administrativo, José Lino Rodríguez, además de los nombramientos y ascensos de parientes directos, había puesto en marcha, desde la campaña electoral, una serie de “secretarías educativas” del partido Liberación Nacional, que luego se convirtieron en plataformas para adquirir puestos. Su salida y sustitución por Silvia Víquez, una profesional de larga trayectoria, fue el primer pulso que, en este duro juego, ganó el ministro Garnier. A ello siguieron la decisión de realizar una auditoría en esa dependencia, con ayuda de la Contraloría General de la República, y las renuncias del director y subdirector de personal del MEP. Es decir, todo indica que se han creado las condiciones para una reorganización completa del departamento y de los nombramientos, algo esencial para nuestro sistema educativo.
El afinamiento completo del sistema no será fácil; tampoco suficiente. Otros temas cruciales, en el ámbito de personal, tienen que ver con la formación de los educadores, con la existencia de carreras que emiten títulos de licenciatura y hasta de maestría en Educación con una formación casi nula, con la falta de discriminación entre los graduados de buenas y malas carreras, y con los precarios sistemas de capacitación continua. A lo anterior se añaden las carencias de los planes de estudio, las deficiencias de infraestructura y el descuido de la calidad por parte de las organizaciones gremiales. Todo esto incide en la pobre enseñanza promedio, y la alta deserción en secundaria, dos retos impostergables.
Ante tantas y tan complejas variables, no podemos esperar milagros inmediatos. Sin embargo, con el remezón en el MEP, los claros objetivos enunciados por su Ministro y el compromiso asumido por el Gobierno hacia la excelencia y cobertura educativas, estamos avanzando por un mejor camino. Corresponde a todos, pero en especial a los estudiantes, padres de familia, educadores y autoridades del ramo, continuar trabajando intensa y honestamente por mejorar y acortar la ruta.