Era una bola

Anoche soñé que yo era una bola.  Como de fut pero de colores.  Y era muy raro, porque yo era la bola pero yo podía ver la bola rodando, como desde afuera de la bola.   Pero yo estaba dentro de la bola. Yo era la bola pero yo también veía la bola. Los demás sólo veían la bola.   No sabían que era yo y me pateaban y me agarraban y me tiraban y yo rodaba, la bola rodaba hasta que otro me volvía a patear.   Pero no me dolía.   En el sueño las patadas no me dolían porque nadie sabía que era yo, pero se sentía feo porque era como si yo no estuviera jugando:  todos hablaban entre ellos, y planeaban las jugadas y se pasaban la bola, y corrían y se gritaban ‘¡pasala, pasala!’ y yo era la bola pero a mí no me hablaban, sólo me pateaban y me pasaban como si fuera una bola.   A veces me dejan jugar, pero dicen que soy muy chapa y que los hago perder porque no sé patear duro y no meto goles si me ponen de delantero, y me da miedo ser defensa porque no sé trabonear bien y me duele cuando me patean, y de portero me meten goles y por eso casi nunca me dejan jugar.  Pero la bola sí metió goles, tres goles, uno de cabeza al ángulo ¡buenísimo!  Pero no me dijeron nada, me dejaron tirado en el fondo de la cancha y todos corrieron a abrazarse cuando metí los tres goles.   Y yo los veía desde largo.   Y me veía... sólo yo me veía.