Los nuevos programas de Matemáticas: una reforma indispensable
Leonardo Garnier

Históricamente, la enseñanza de la matemática ha sido problemática en nuestro país. A pesar de muchos esfuerzos, es la asignatura en la que tenemos más fracaso escolar a todo nivel: en los cursos, en las pruebas diagnósticas de sexto y noveno, en bachillerato... pero también es donde salimos más débiles en pruebas internacionales como las de SERCE o PISA.
No es un problema solamente costarricense, es – al menos – un problema iberoamericano: nuestros países parecen arrastrar problemas importantes en la enseñanza de la matemática. Son problemas serios, pero no insuperables, como lo han demostrado países que, en períodos relativamente cortos, pasaron de una situación similar a una completamente distinta en la que sus estudiantes logran desarrollar una elevada comprensión, conocimientos y destrezas matemáticas.
Si bien este problema tiene muchas causas, una de ellas – y una muy importante – tiene que ver con la forma en que se enseña la matemática y con los programas propiamente dichos. Por ello, a lo largo de casi dos años, el MEP ha contado con un equipo dedicado intensamente a proponer una reforma de nuestros programas de matemática.
Contamos con el apoyo externo de un equipo de expertos coordinado por Ángel Ruiz, que venían trabajando en las universidades y desde hace varios años en el tema de la enseñanza de la matemática, que conocían bien las fortalezas y debilidades del sistema costarricense y que habían estudiado diversas experiencias exitosas en el mundo. Este equipo trabajó en conjunto con asesores nacionales y docentes de matemática en preparar una reforma integral de nuestros programas de matemática. Fue un trabajo minucioso, sistemático y muy responsable.
A mediados del año pasado presentamos al Consejo Superior de Educación esta propuesta de reforma integral de los programas de matemática, de primer grado de primaria hasta el último año de secundaria. La propuesta fue acompañada con detallados documentos de apoyo curricular diseñados para favorecer la implementación del currículo en las aulas nacionales.
El Consejo realizó una amplia consulta sobre la propuesta. Se consultó a docentes y se consultó a nuestras universidades públicas, las cuales respondieron con detallados análisis, críticas, sugerencias y recomendaciones. La propuesta, además, se colocó en Internet para que todos los interesados pudieran conocerla y valorarla. En el seno del Consejo Superior de Educación existe, además, representación de las organizaciones magisteriales, que conocieron por tanto la propuesta desde mediados del 2011.
En marzo de 2012 el Consejo recibió del MEP una nueva versión de la propuesta, en la que se incorporan una gran cantidad de las recomendaciones recibidas, se aclaran algunas confusiones y se aportan además otros documentos relativos a la valoración de los programas actuales. Finalmente, cuando los programas estaban a punto de ser aprobados, la APSE manifestó su desacuerdo y pidió más tiempo para presentar sus objeciones. Se les dio ese tiempo, se consideraron y se respondieron sus objeciones – también existe un documento sobre esto – para, finalmente, proceder a aprobar los nuevos programas el lunes 21 de mayo de este año.
Los nuevos programas buscan contribuir significativamente a que Costa Rica supere los problemas que por muchos años han caracterizado – como en otros países – la enseñanza de la matemática. Esto requerirá, por supuesto, un esfuerzo muy importante en capacitación de nuestros docentes, la producción de recursos educativos, el uso de recursos tecnológicos y, posteriormente, la adecuación de los programas universitarios para responder a estos nuevos programas.
¿Cuáles son las principales características de los nuevos programas?
Lo primero, es un cambio de visión, de estilo: los programas quieren contribuir a romper el mito de que las matemáticas son áridas, feas, imposiblemente difíciles y algo de lo que los estudiantes tienen que sentir miedo. Esta visión de la matemática como “el coco” ha sido tradicional en Costa Rica y en casi todo el mundo, y es uno de los prejuicios que hay que superar para lograr un cambio significativo en nuestra capacidad de enseñar y aprender matemática. Se trata de familiarizar al estudiante con la matemática, de hacérsela cercana, agradable, emocionante.
Una de las estrategias para esto – como han hecho con éxito otros países – es promover procesos que en lugar de partir de lo abstracto, de la teoría, del teorema, para llegar algún día (si es que llegan) a lo concreto... se hace lo contrario: se enfatiza la participación activa de los estudiantes en la resolución de problemas asociados a su propio entorno, el entorno físico, social, cultural... o problemas que puedan ser fácilmente imaginados por las y los estudiantes. A partir de ese primer acercamiento a lo concreto, lo sensible, a los problemas, se trabaja en su resolución y – algo fundamental – esa construcción es la que lleva a los procesos de abstracción, a los teoremas, a los modelos matemáticos, a la teoría. Lo que se pretende en última instancia es la construcción de capacidades para la manipulación de objetos matemáticos cuya naturaleza es abstracta. La estrategia de los nuevos programas se propone fundamentar pedagógicamente el paso desde lo concreto hacia lo abstracto, y la experiencia mundial muestra que esta puede ser una poderosa fuente para la construcción de aprendizajes en la matemática.
Para lograr esto, la mediación pedagógica es fundamental. Se plantea para ello el uso de varias estrategias que, entre otras, incluyen cinco procesos básicos:
- Razonar y argumentar
- Plantear y resolver problemas
- Conectar, establecer relaciones
- Representar de diversas formas (gráficas, numéricas, simbólicas, tabulares, etc.)
- Comunicar, expresar ideas matemáticas formal y verbalmente
Esto permitirá que nuestros estudiantes puedan realizar operaciones y procesos matemáticos de una mayor complejidad, en lugar de realizar meras operaciones mecánicas. Se trata de desarrollar el rigor y la capacidad matemática para la resolución de problemas, para la aplicación, matematización o modelización de diversas situaciones , así como de lograr mayores niveles analíticos en la justificación y argumentación matemática. Esto no se logra por medio de la “amplitud”, abarrotando los programas de contenidos, sino seleccionando bien cuáles son los contenidos necesarios para lograr “rigor y profundidad” en el manejo de los procesos y el lenguaje matemático.
Para lograr esto, los nuevos programas utilizan cinco ejes:
- La resolución de problemas como estrategia metodológica principal.
- La contextualización activa como un componente pedagógico especial.
- El uso inteligente de tecnologías digitales.
- La potenciación de actitudes y creencias positivas en torno a las Matemáticas.
- El uso de la historia de las Matemáticas.
A su vez, para lograr una actitud distinta de los estudiantes hacia las matemáticas, desarrollando actitudes y creencias positivas sobre las matemáticas, desarrollando el gusto por las matemáticas, se plantean cinco actitudes a desarrollar:
- Perseverancia.
- Confianza en la utilidad de las Matemáticas.
- Participación activa y colaborativa.
- Autoestima en relación con el dominio de las Matemáticas.
- Respeto, aprecio y disfrute de las Matemáticas.
Finalmente, en cuanto a los “temas” de los nuevos programas, la propuesta se puede resumir de la siguiente forma:
a. Dar un lugar relevante al desarrollo del sentido numérico, a los cálculos y aproximaciones, y a la utilización de múltiples representaciones en la resolución de problemas.
b. Dar a las medidas un sentido renovador de conexión entre áreas matemáticas, aprovechando la relación con otras asignaturas y el desarrollo de un papel de contextualización a las Matemáticas escolares.
c. La introducción de la geometría con visualización espacial, movimiento de objetos, coordenadas y relación con el álgebra, con una perspectiva de estímulo al razonamiento y la argumentación y a la comprensión y manipulación dinámica de los objetos geométricos.
d. La introducción temprana y gradual de relaciones y álgebra, la edificación de un fundamento pedagógico para el aprendizaje de las funciones, una visión integradora de lo funcional y simbólico, y el cultivo de un sentido en el aula que favorezca la modelización de situaciones en diversos contextos.
e. El fortalecimiento de la Estadística y Probabilidad en todos los años lectivos, áreas orientadas a la organización de la información en entornos diversos y una preparación para tomar decisiones en situaciones de incertidumbre.
Sabemos que no existe un “programa perfecto” ni de matemáticas ni de ninguna asignatura. La educación – como la vida – solo puede ser entendida como un proceso evolutivo en el que, en cada paso, buscamos mejorar. Para ello aprendemos de nuestra propia historia, de nuestros errores y nuestros aciertos; aprendemos también de otras experiencias, de cómo lo han hecho otros para mejorar (o qué cosas no han funcionado bien en otras partes). Con base en ello, y gracias al trabajo de un equipo de lujo de expertos externos al MEP – pero muy cercanos a los procesos de la enseñanza de la matemática – junto con nuestros propios asesores y docentes de aula, hoy contamos con una propuesta que, sin duda, representa un salto muy importante en la enseñanza de la matemática en Costa Rica. A todas y todos ellos, mi agradecimiento.
Sigue ahora el reto de la implementación que, de hecho – y gracias a la autorización del Consejo Superior de Educación – ya ha venido avanzando. Se han venido realizando talleres en distintos lugares del país para empezar a familiarizar a los docentes con algunas características de la enseñanza de la matemática que caracterizarían a los nuevos programas.
A partir de este jueves, se inicia el proceso formal de capacitación, al que dedicaremos todo este año. A cada docente de matemática, mi invitación a sumarse a esta aventura que busca colocar a Costa Rica entre la lista de países que han logrado superar ese absurdo trauma de las matemáticas y han logrado, más bien, convertirlas en una de las grandes ventajas para que sus jóvenes puedan navegar con gusto y con éxito en el mundo de hoy. Queremos que en la enseñanza y el aprendizaje de las matemáticas el disfrute y el esfuerzo, vayan de la mano. Disfrutar del aprendizaje y esforzarse al aprender: de eso se trata esta reforma.