“Me faltó un pelito...”
Leonardo Garnier
Leonardo Garnier, Ministro de Educación Pública: Mensaje de Inicio de Curso Lectivo La Nación, Domingo 17 de febrero, 2008
Me ha tocado ya atravesar por dos fines de año como Ministro de Educación; y una de las cosas que más me llama la atención es cómo, en esa época en que ya están acabando las clases y se están entregando las notas, se me acercan, me llaman o me mandan un correo electrónico algunos padres o madres de familia para decirme que a su hija o hijo “le faltaron un par de centésimas...” para pasar en este o aquel examen y que si no sería posible “ayudarlos...” para que puedan pasar el año.
Les digo que si bajamos la nota de aprobación un par de centésimos para que su hija o hijo apruebe... entonces habrá otros estudiantes a los que les falten ya no cuatro, sino dos centésimas para pasar; por lo que con la misma lógica habría que bajar otras dos centésimas... y así sucesivamente. Algunos se convencen (o tal vez se resignan) con ese argumento. Otros insisten. A veces no son los padres, sino los mismos estudiantes los que me plantean este dilema de fin de curso: “es que casi pasé... apenas me falta un pelito”. Y de nuevo repito: si bajáramos un pelito la nota para que vos pasés, algún compañero tuyo quedaría a un pelito de pasar... y así seguiríamos bajando.
Un pelito, dos centésimas en una o dos materias. ¿No es absurdo que al final de un curso que dura casi todo un año un estudiante – o sus padres – tenga que sufrir por perder una asignatura o incluso por tener que repetir el curso... y todo por no haberse esforzado un pelito más, unas centésimas más a lo largo del año? Porque, como en fútbol, a veces creemos que perdimos el partido por el gol que fallamos – o el gol que nos metieron – en el último minuto, sin darnos cuenta de que si hubiéramos jugado mejor y anotado más goles a lo largo del partido, habríamos jugado tranquilos y seguros esos últimos minutos, en vez de jugar angustiados tratando de salvar a lo loco en dos minutos lo que no supimos construir en noventa.
Lo mismo pasa con el estudio y es lo que quisiera transmitir hoy a todos y todas esas estudiantes que empiezan un nuevo curso en estas semanas: los cursos no se ganan o pierden por un pelito o por unas centésimas al final; los cursos se ganan – o se pierden – por el esfuerzo que hacemos desde el principio hasta el final. De hecho, el final de un curso es mucho más fácil cuando hemos hecho un esfuerzo desde el principio y hemos ido aprendiendo y comprendiendo la materia paso a paso, que cuando, ya agobiados porque los promedios empiezan a verse rojos, tratamos casi sin esperanza y un poco a lo loco de tener suerte o pegar un buen batazo en los finales. A veces pasa, pero, por lo general, la falta de esfuerzo de inicio... nos pasa la factura al final y terminamos bateados.
Siempre habrá algunos que se queden por un pelito, por un par de centésimas... aunque se hayan esforzado. Es inevitable, y para esos que a pesar de su esfuerzo no llegaron a la nota mínima, queda el reto de las pruebas de ampliación, que nunca hay que desperdiciar y en las que el apoyo de los profesores – y sobre todo de otros compañeros – puede ser clave. Sin embargo, estoy convencido de que serían mucho menos los estudiantes que pierden el curso si tan solo entendiéramos – estudiantes, docentes, padres y madres – que los esfuerzos de última hora simplemente no son suficientes y son los más difíciles de hacer.
Así que mi mensaje a los jóvenes es muy simple: el curso está apenas empezando y como en cualquier juego, hay que apurarse a acumular puntos desde el principio. Cuanto más estudien desde las primeras semanas, más fácil y placentero se hará el aprendizaje en las semanas que siguen; cuanto mejores notas lleven en los primeros exámenes, más seguros y tranquilos irán a los que siguen y – si no aflojan, claro – mejor llegarán a los finales: con mejores promedios, con más conocimiento y más tranquilos. Entonces, no habrá pelito ni centésima que se interpongan entre ustedes y unas merecidas vacaciones. Pero esas vacaciones tienen que empezar a construirlas, a ganárselas desde estos primeros días del curso.