Dime cómo tributas
Leonardo Garnier

Sub/versiones – La Nación: Jueves 3 de Octubre, 2002
“Dime cómo tributas… y te diré qué país tienes” parece ser la conclusión principal del estudio sobre “El sistema tributario costarricense” realizado para la Contraloría General de la República por un equipo interdisciplinario de investigadores coordinado por Fernando Herrero Acosta. Mientras en el país nos debatimos entre cuáles impuestos transitorios poner o no poner, este ‘libro blanco’ de la Contraloría nos señala con propiedad que si alguna característica tiene nuestro dilema tributario es, precisamente, la de no ser un problema transitorio sino parte central del nudo gordiano de nuestro subdesarrollo.
El estudio de la Contraloría es rico en el análisis de nuestra carga tributaria que, siendo apenas un 12.5% del PIB, contrasta con el 16.5% en países de similar desarrollo humano. Además, entre 1973 y 2000 la proporción del gasto público respecto al PIB ha disminuido, y la comparación internacional sugiere que esta proporción debería ser mayor en Costa Rica. Destaca nuestra contradictoria cultura tributaria, en la que valores como la honestidad y la solidaridad coexisten con actitudes bastante extendidas a favor de la defraudación fiscal: evadimos más del 20% de las contribuciones a la seguridad social; entre un 30% y un 40% del impuesto de ventas, y más de un 60% del impuesto a las sociedades. Estos niveles, similares a los de otros países subdesarrollados, contrastan con los de países desarrollados donde la evasión oscila entre un 10% y un 13%. Se confirma, finalmente, que Costa Rica no ha logrado que su sistema tributario sea progresivo; por el contrario, sigue siendo regresivo, aunque el gasto y la inversión pública sí son progresivos, y esa característica parece ser percibida y apreciada por la población.
Se evidencia el dilema tributario que nos paraliza. Por un lado – nos dice el libro – está el camino de alta provisión estatal de bienes públicos y alta tributación, en el que el gobierno tiene la responsabilidad de financiar los servicios de educación, salud, pensiones, seguridad pública y ciudadanía, la infraestructura colectiva y otros servicios. Este camino requiere un alto nivel de tributación que permita financiar esos bienes y servicios y ponerlos a disposición de la población, la que conforme aumente su nivel educativo, exigirá mayor calidad en la prestación de los mismos. Los servicios se irán haciendo más caros y la tributación tendrá que aumentar. Un prototipo de este modelo podría ser Suecia, Dinamarca u Holanda en Europa o Uruguay en América Latina. En estos países, los servicios públicos tienen un alto nivel de calidad y cobertura, y la tributación es elevada para poder sostenerlos. Por otro lado – se afirma – está el camino alternativo en que, en vez de pagar altos impuestos y recibir bienes y servicios públicos, los ciudadanos pagan directamente en el mercado por los bienes y servicios a los que, dada su capacidad económica, quieran tener acceso: la educación sería financiada por los mismos ciudadanos, quizás con algún subsidio para los niveles más bajos del sistema educativo; los servicios de salud se financiarían en forma privada; los regímenes de pensiones, con contribuciones individuales y no con fondos solidarios; incluso parte de la seguridad pública podría financiarse en forma privada en vez de recurrir a los impuestos
Pero no acaba ahí el dilema identificado. Estos caminos se asocian con distintos modelos de desarrollo. En el primer modelo, al que se identifica como de ‘competitividad real’, se parte de la premisa de que la atracción de inversiones se fundamenta en las condiciones reales de la economía. En esta perspectiva, se entiende que los costos de producción, la existencia de una adecuada infraestructura interna y de vínculos adecuados con las redes logísticas internacionales, el funcionamiento del sistema financiero y del mercado laboral y la certeza de contar con un estado de derecho confiable, son aspectos claves para que los empresarios nacionales o extranjeros decidan invertir en el país. En el segundo modelo, se supone que la generación o atracción de inversiones depende de manera fundamental de los bajos costos y las condiciones tributarias que se les ofrezcan a las empresas, por lo que se confía, más bien, en que los bajos salarios y las exoneraciones tributarias ‘compensen’ las insuficiencias que pudiera tener el país en materia de competitividad real.
El ‘libro blanco’ muestra con preocupación cómo Costa Rica se debate entre ambos caminos. Aunque el discurso mayoritario parece inclinarse hacia el modelo de alta tributación y provisión estatal de bienes y servicios públicos – y una estrategia de competitividad real –, nuestras acciones sugieren que hacemos cada vez más concesiones al modelo de baja tributación, exoneraciones fiscales y contracción de los servicios públicos. Esto atenta contra una estrategia que busque valorizar y remunerar mejor los recursos humanos y naturales del país, lo que depende de la existencia de infraestructura o servicios públicos especializados y de alto nivel, como centros educativos de excelencia o infraestructura física de calidad internacional. En la medida en que la carga tributaria siga siendo baja, la menor calidad de los servicios empuja a los grupos medios y altos hacia la contratación privada de servicios como educación, salud y seguridad, y a una mayor evasión y elusión tributarias, empujándonos como país hacia el modelo de crecimiento empobrecedor. El estudio afirma que los esfuerzos por hacer más progresiva la tributación, si no se acompañan de mejoras significativas en la calidad de los bienes y servicios públicos, pueden resultar infructuosos y deteriorar la legitimidad del sistema. A pesar de nuestra retórica, a eso nos llevan nuestras acciones y omisiones.
El ‘libro blanco’ de la Contraloría debe ser de lectura obligatoria para quienes quieran participar en este debate con conocimiento de causa… y no con los prejuicios que, en este terreno, abundan.
Para quien tenga interés, el "Libro Blanco" se encuentra disponible en el website de la Contraloría General de la República:
http://pochote.cgr.go.cr/public/documentos/libro_blanco/lb.htm