Giddens y el reto de la socialdemocracia
Leonardo Garnier

Sub/Versiones – LA NACIÓN:Mayo 30, 2002
Esta semana, el sociólogo Anthony Giddens, director de la London School of Economics, recibió el Premio Príncipe de Asturias en Ciencias Sociales. ¿Qué importancia tiene Giddens para nosotros? A lo mejor… ¡mucha! El autor de “La Tercera Vía: la renovación de la socialdemocracia”, es uno de los principales ideólogos del ‘nuevo laborismo’ de Tony Blair, que destronó a los conservadores Tories y va hacia su tercer período de gobierno en Inglaterra, mientras los partidos socialdemócratas de otros países europeos sufren derrota tras derrota: en Francia, en Bélgica, en Holanda, en España… ¿Cómo explica Giddens el triunfo del ‘nuevo laborismo’? “La izquierda debe asumir los temas que preocupan al ciudadano, darles una solución propia y no dejar ni un milímetro de ellos a la derecha. No dejas ningún asunto a la derecha. No dejas la inmigración, no dejas la competitividad económica, no dejas el crimen a la derecha. Buscas soluciones de centro-izquierda a problemas de la derecha. Sólo así – dice Giddens – el centro-izquierda puede triunfar”.
Pero no se trata de ganar por ganar. De acuerdo con Giddens, “es importante asegurarse de que tienes una política de centro-izquierda en cada asunto, y es importante no permitir a la derecha que domine ningún asunto. Y entonces ganas en tu área de centro-izquierda y neutralizas a la derecha en las áreas en que es fuerte. Y ganas por ti mismo. Eso es lo que ha hecho el Partido Laborista”. Pues bien, independientemente de que uno comparta o no las propuestas específicas de Giddens y el ‘nuevo laborismo’ – a mí, algunas me gustan, otras me resultan indiferentes y, de otras más… ¡discrepo! – el mérito que sin duda han tenido es el de atreverse a pensar, a utilizar la imaginación, a ser audaces no sólo para criticar, sino para proponer y – sobre todo – para llevar a la práctica nuevas soluciones a los viejos problemas que la socialdemocracia siempre ha querido enfrentar: las desigualdades que el capitalismo, dejado por la libre, tiende a exacerbar hasta extremos intolerables.
“El punto clave para cualquier partido de centro-izquierda de hoy – dice Giddens – es cómo reconcilias la competitividad económica y la creación de trabajo con la solidaridad social, reconociendo que no puedes alcanzar ambas cosas por los medios tradicionales. Sólo algunos medios tradicionales valen todavía. Y para hacer esto tienes que lograr primero una reputación de competitividad económica y después usar eso para generar los suficientes ingresos como para poner en marcha programas efectivos de justicia social, de bienes públicos”. Ese es, precisamente, el reto que enfrentamos: cuando los instrumentos de ayer no son viables ni efectivos para lograr nuestros objetivos – el mayor bienestar del mayor número, como decía don Pepe, parafraseando a Bentham – entonces… ¿qué hacer? ¿Nos aferramos a los viejos instrumentos, aún a costa del objetivo… o tenemos la humildad, la inteligencia y la valentía de arriesgarnos a diseñar nuevas herramientas que conduzcan, en las condiciones de hoy, a las metas de siempre?