Lo siento, don Antonio, pero yo traté.
Leonardo Garnier

Sub/versiones : LA NACIÓN – Jueves 13 de marzo, 2003
Disculpe, veo que tienen un ejemplar de la “Introducción a las Teorías del Crecimiento” de Charles Jones, ¿será el único?
Déjeme ver. Chequeo electrónico seguido de una respuesta afirmativamente negativa: Sí, es el único que tenemos en todas las sucursales.
Mire, lo que pasa es que este es uno de los textos que yo uso en el curso de Desarrollo Económico que doy en la Universidad, y no sabía que ya había traducción al español. Sería ideal que los estudiantes pudieran tenerlo. ¿No cree usted que podrían pedir más ejemplares?
Bueno, ahora es difícil porque ya estamos cerca de noviembre.
No, no, pero si precisamente por eso le pregunto: el próximo curso empieza en marzo, así que tendrían tiempo suficiente para hacer el pedido.
Sí, pero, bueno, tal vez lo que podríamos hacer es enviarle un agente vendedor, y que usted se encargue de vender el libro a sus estudiantes.
Ah… si se tratara de eso entonces mejor le hablo directamente a don Antonio y le digo que me pague la comisión a mí… pero, la verdad, yo no estoy en el negocio de vender libros sino en el de dar clases, y lo que le puedo decir es que en marzo voy a tener unos quince estudiantes que van a tener que leer ese libro.
Pero es que, usted entiende, si lo pedimos… a lo mejor los estudiantes no lo compran y se nos quedan.
Pues… sí, ese es el riesgo ¿no?
Sí… pero, no. Sólo lo podríamos traer si usted se compromete con nosotros a que sus estudiantes lo van a comprar. Si no, no creo.
Mejor déjeme explicarle cómo veo yo las cosas: en marzo, cuando empiecen de nuevo las clases en la Universidad de Costa Rica, yo voy a dar el curso de Desarrollo Económico; en el programa de ese curso, una de las lecturas obligatorias va a ser el libro de Charles Jones, ese del que ustedes tienen un único ejemplar; en ese curso se van a matricular unos quince estudiantes, y van a tener que leer ese libro; si ustedes traen suficientes ejemplares – como el libro está en español y tiene un precio razonable – habría una buena probabilidad de que mis estudiantes lo compren… pero, por supuesto, no se lo puedo asegurar. Lo que sí le puedo asegurar es que, si ustedes no traen el libro, mis estudiantes de todas formas lo van a tener que leer, y lo van a leer en unas muy buenas fotocopias. Y si eso pasa porque ustedes no trajeron el libro – a pesar de que yo se los estoy sugiriendo con más de tres meses de anticipación – entonces, por favor, no vuelvan a quejarse, nunca más, de que los profesores permitimos y promovemos el uso de las fotocopias en la Universidad.
Silencio, y no muy buena cara.
Un lunes, unos tres meses después: disculpe, este ejemplar de la “Introducción a las Teorías del Crecimiento” ¿es el único que tienen? Déjeme ver. Mismo chequeo, misma respuesta: sí, es el único que tenemos en todas las sucursales. Hoy es jueves, nos toca discutir los derechos de propiedad intelectual y su papel en el crecimiento. Por favor, abran las fotocopias del libro de Charles Jones en la página ochenta y seis, punto 4.3.