¿Observamos con preocupación?
Leonardo Garnier

Sub/versiones – LA NACIÓN: 29/11/01
Los jefes de estado de Iberoamérica se reunieron “a puerta cerrada” para discutir de manera más abierta sobre los principales problemas de la región. Tuvieron, además, el acierto de invitar al Secretario Ejecutivo de la CEPAL, José Antonio Ocampo, y al Vicepresidente y Economista Jefe del Banco Mundial, Nicholas Stern, para enriquecer con sus aportes los resultados de la Cumbre de Lima. Ocampo, como ya lo ha venido haciendo, insistió en la urgente necesidad de reformar el sistema financiero internacional. Stern, por su parte, demostró que los países de la OECD gastan 327.000 millones de dólares al año en subsidios agrícolas, es decir, casi mil millones de dólares diarios. “Es una situación escandalosa: los países ricos están protegiendo intereses domésticos especiales a expensas de los pobres del mundo” dijo Stern, para quien el proteccionismo de los países más avanzados constituye la verdadera muralla que enfrentan los países de América Latina para salir del subdesarrollo.
Con semejante aperitivo, habríamos esperado que la reunión “a puerta cerrada y en mangas de camisa” de nuestros jefes de estado marcara un quiebre en el manejo rutinario y retórico de este tema. Recién pasada la reunión de la OMC en Doha, en que por primera vez se aceptó discutir el asunto, el momento era más que propicio. La Declaración de Lima, sin embargo, apenas tocó el tema allá por el punto 35, diluido entre tantos otros, sin mayor prioridad y con un lenguaje mucho más cauto e inocuo que el del Secretario de la CEPAL y el Vicepresidente del Banco Mundial: “Observamos con preocupación la persistencia de políticas o prácticas proteccionistas, especialmente las que contravienen los acuerdos existentes en la OMC, la desaceleración económica a escala mundial, la caída en términos globales de los flujos de la ayuda al desarrollo, las dificultades para mantener los flujos financieros y de capitales estables en los países en desarrollo y la continua tendencia a la baja y la volatilidad de los precios de los productos básicos de exportación”.
“Observamos con preocupación…” ¿Observan… y qué? Porque – si no ando muy perdido – a los jefes de Estado les encomendamos algo más que la simple tarea de “observar con preocupación…” (para eso nos bastábamos solos). A menudo justificamos la falta de audacia de nuestros gobiernos en las fuertes presiones de organismos internacionales, y así ha sido, en efecto, en más de una oportunidad. Pero he aquí que, hoy, es el propio Vicepresidente del Banco Mundial el que llama “situación escandalosa” al proteccionismo de los países ricos, y afirma que este “es un asunto que merece el liderazgo de los jefes de estado. Más aún – dijo – una posición conjunta de los países iberoamericanos sería particularmente poderosa”. Pero en lugar de erguirse y tomar la oportunidad al vuelo, nuestros jefes de Estado se limitaron a “observar con preocupación…”. Señores, con todo respeto: si lo mejor que pueden hacer es “observar con preocupación…” ¿no sería mejor que observaran más tranquilos desde sus casas?