Versiones... y subversiones
Leonardo Garnier

Leonardo Garnier
Sub/versiones – LA NACIÓN: 6/9/01
El papel aguanta lo que le pongan pero, para escribir, hay que tener mucho cuidado. De ahí la pregunta obligada: ¿para qué escribo? ‘Para dar mi versión...’ pensé, pero de inmediato –y con un poco más de arrogancia— agregué ‘...y para influir en las versiones de otros’. Con ese doble interés en mi versión y la subversión, me fui al Diccionario, que tomó el control y escribió por mí el resto de esta primera columna.
Dar mi versión. ¿Versión? Traducción. Modo que tiene cada uno de referir un mismo suceso. Cada una de las formas que adopta la narración de un suceso, el texto de una obra o la interpretación de un tema.
Provocar, además, un poco de subversión. ¿Subvertir? Trastornar, revolver, destruir. De estas tres, me interesó, por oscura, la idea de revolver, y me sorprendieron algunos de sus múltiples significados: Menear una cosa de un lado a otro; moverla alrededor, o de arriba abajo. Mirar o registrar, moviendo y separando, algunas cosas que estaban ordenadas. Inquietar, enredar; mover sediciones, causar disturbios. Discurrir, imaginar o cavilar en varias cosas o circunstancias, reflexionándolas. Volver el jinete al caballo en poco tiempo y con rapidez (este me pareció muy útil en caso de caídas, o metidas de pata). Volver a andar lo andado. Meter en pendencia, pleito. Alterar el buen orden y disposición de las cosas. Moverse de un lado a otro, por lo común con negación, para ponderar lo estrecho del paraje o lugar en que se halla una cosa. Nos íbamos acercando.
Las versiones resultaban aún más interesantes con ciertos prefijos. Adversión, por ejemplo, puede ser aversión: la oposición o repugnancia que se tiene a alguna persona o cosa; pero también puede ser advertencia que es, entre otras cosas, el escrito, por lo común breve –como esta columna—, con que en una obra o en una publicación cualquiera, se advierte algo al lector. ¿Advertir? Fijar en algo la atención, reparar, observar. Llamar la atención de uno sobre algo, hacer notar u observar. Aconsejar, amonestar, enseñar, prevenir. Avisar con amenazas. Caer en la cuenta. No está mal para lo que busco. Y si analizamos animadversión, tenemos enemistad y ojeriza –que no me interesan—pero también crítica, advertencia severa. ¿Crítica? Arte de juzgar de la bondad, verdad y belleza de las cosas. Cualquier juicio o conjunto de juicios sobre una obra literaria, artística, etc. Censura de las acciones o la conducta de alguno. Conjunto de opiniones expuestas sobre cualquier asunto. Murmuración. Aunque esta última me desconcertó al inicio, su significado –conversación en perjuicio de un ausente—venía ciertamente al caso pues, mal que bien, es siempre de los ausentes que hablamos al escribir.
El Diccionario seguía agregando sentidos a esta columna, que debería servir de diversión, como recreo, pasatiempo y solaz... pero también como la acción de distraer o desviar la atención y fuerzas del enemigo. Escribir es tanto extroversión como introversión. Y escribir como inversión no es sólo ocupar productivamente el tiempo, es también alterar, trastornar las cosas o el orden de ellas. Finalmente, está el inevitable riesgo de la perversión y la conversión, que son siempre relativas.
Con tantas versiones... dejemos esta columna en sub versiones.