Y Amén
Leonardo Garnier

Padre nuestro que estás en el cielo. ¿Padre? ¿Qué padre? ¿Padre de quién? Porque decir padre de todos, es como decir padre de nadie. Y por lo que hace al cielo, será el de anoche, cuando llovía a cántaros y sin parar hasta que se inundó la calle de enfrente. Santificado sea tu nombre. Curiosa ofrenda: santificado sea tu nombre cuando no sabemos siquiera cuál es tu nombre. ¿Guillermo, Jorge... o tal vez Carmen? Porque Dios son todos los dioses; Yahvé, es sólo el dios de los judíos y Jesús, es tu hijo (buen padre serás, que en vez de un par de nalgadas lo clavaste en esos palos a pagar pecados ajenos ¡qué bruto!). Venga a nosotros tu Reino. Será solo así que lo veamos, porque ir nosotros a él está difícil... si no sabemos ni dónde queda, ni si valdrá la pena. Hágase tu voluntad aquí en la tierra como en el cielo. Pues por eso digo lo del cielo, porque si juzgamos por los últimos dos o tres tristes milenios, lo que es la tierra ha sido un desastre tras otro; así que si por la víspera se saca el día, ni me imagino el despelote celestial que nos espera. Danos hoy nuestro pan de cada día. Bonita cosa: ¡pan! A estas alturas del siglo veinte ¿veintiuno? sí, pero la fuerza de la costumbre es fuerte, aunque ya sólo el mal recuerdo nos queda del finado siglo veinte, a estas alturas y nos venís con ‘pan’... ni siquiera pan con mantequilla, o un poco de queso tierno... y lo peor es que ni el pan ha alcanzado nunca para todos... si para tacaños no hacía falta ir tan largo. No nos dejes caer en la tentación. ¿Y entonces? ¿Para qué las tentaciones? ¿Para hacernos sufrir de la cólera? ¿Para que los que caen en ellas se sientan mal por su falta de voluntad, por su debilidad frente a los buenos, por el miedo de la condenación eterna? ¿O más bien para que los buenos se sientan mal al resistir tus tentaciones, podridos de envidia frente al goce de los malos, temiendo ser víctimas de una de tus malas pasadas cada vez que recuerdan aquel viejo chiste, el de ‘no era pecado’? Y líbranos del mal. ¿Líbranos del mal? Pero es que si algo nunca hiciste fue eso, librarnos del mal. ¿Y... si antes sólo era la nada... quién creó el mal? ¿No? Y amén.